"...No hay ningún realismo, entonces, cuando se les pide a los pueblos que acepten la nueva realidad, dado que "no queda otra". Lo que se les está pidiendo es que crean en la nueva –aunque ya bastante vieja– utopía liberal. Ellos sí que son realistas porque piden lo imposible. Sólo que ahora ya no se trata de la utopía de los pobres sino de la utopía de los ricos. Y estos nuevos sacerdotes ni siquiera nos ahorran las cruzadas hacia el santo sepulcro del petróleo en nombre del libre mercado, la prosperidad y la democracia. Los realistas formulan, así, una demanda paradójica: nos piden que aceptemos esta realidad, porque no queda otra, pero nos previenen que todavía no es ésta, que aún estamos en las preliminares, que esto no es sino el pálido reflejo de lo que va a venir: el verdadero capitalismo, puro y despojado de todas las corruptelas y residuos del pasado, el capitalismo serio..."
septiembre 24, 2006
"La evidencia empírica a nivel internacional muestra que el origen y desarrollo de las burguesías nacionales están íntimamente ligadas al Estado, al proteccionismo, al favoritismo sectorial y a la corrupción. En general, todo proceso de industrialización tardía y ya desde el siglo XIX –Francia o Prusia, por ejemplo–, implicó una fuerte transferencia de recursos (públicos) hacia la naciente burguesía. Estados Unidos fue una de las naciones más proteccionistas del mundo durante décadas. Alemania, en la segunda mitad del siglo XIX, transformó su sector artesanal y los junkers (terratenientes feudales) en una burguesía industrial a partir de una intervención estatal dominante. Los conglomerados japoneses (keiretsu), los coreanos (chaebols) y los flamantes grupos rusos, que mezclan mafia y negocios, se desarrollaron con un indisimulable estímulo estatal. La evidencia muestra que la corrupción ha estado presente, en mayor o menor medida, en casi todas las experiencias de industrialización y desarrollo económico modernas. Asimismo, la gran empresa no se abstuvo de explotar sus vinculaciones con el poder político para obtener beneficios particulares”