septiembre 24, 2006

"La evidencia empírica a nivel internacional muestra que el origen y desarrollo de las burguesías nacionales están íntimamente ligadas al Estado, al proteccionismo, al favoritismo sectorial y a la corrupción. En general, todo proceso de industrialización tardía y ya desde el siglo XIX –Francia o Prusia, por ejemplo–, implicó una fuerte transferencia de recursos (públicos) hacia la naciente burguesía. Estados Unidos fue una de las naciones más proteccionistas del mundo durante décadas. Alemania, en la segunda mitad del siglo XIX, transformó su sector artesanal y los junkers (terratenientes feudales) en una burguesía industrial a partir de una intervención estatal dominante. Los conglomerados japoneses (keiretsu), los coreanos (chaebols) y los flamantes grupos rusos, que mezclan mafia y negocios, se desarrollaron con un indisimulable estímulo estatal. La evidencia muestra que la corrupción ha estado presente, en mayor o menor medida, en casi todas las experiencias de industrialización y desarrollo económico modernas. Asimismo, la gran empresa no se abstuvo de explotar sus vinculaciones con el poder político para obtener beneficios particulares”